4/8/16

Recuerdos de primeros besos

Le baiser de l'hôtel de ville, de Robert Doisdeau (1950)
Quien me conoce sabe que hablo por los codos, pero escuchar (o leer) a alguien es uno de mis placeres ocultos. Las primeras veces siempre son especiales, ¿verdad? Puede que sean buenas, malas o incómodas, pero siempre quedan en el recuerdo por el simple hecho de ser las primeras. La primera vez que consigues ir en bici tú solo, el primer día de universidad... el primer beso. Los nervios previos, el nudo en el estómago, la emoción.

C. era la más joven. Cuando le pregunté por su primer beso, no se extrañó. Simplemente respondió lo que transcribo a continuación, palabra por palabra: Creo que tenía 12 años. Estaba de vacaciones en Galicia, en casa de una amiga de mi madre a la que considero mi tía. La novia del hijo de esa mujer tenía dos hijos, uno de ellos un año mayor que yo, y un día por la noche cuando los adultos estaban de sobremesa abajo, mi hermana, él y yo subimos para ver la tele y jugar a las cartas. Él se inventó un juego que básicamente fue una excusa y me dio un beso que a mí me pareció muy largo. Juegos de niños, pero primeras veces al fin y al cabo. Curioso que le pareciera largo, y que sea eso lo que recuerde.

M. se tomó la pregunta con humor. Me gusta cuando haces una pregunta inesperada a alguien y la persona sonríe, o ríe, y empieza a responderte como si le hubiera hecho ilusión tu pregunta. Su respuesta fue ésta: Vas a reírte o a llorar de pena... Verás, mi primer beso fue cuando tenía... 12-13 años, si no recuerdo mal. Con un tío que me encantaba. Sabíamos que nos íbamos a besar en el colegio porque habíamos quedado solo para eso detrás del comedor (aquí ríe, como cuando recuerdas algo muy ridículo de tu pasado pero con cariño porque es parte de tu historia). Estaba tan nerviosa ese día que vomité un pelín. Todo muy erótico tras un arbusto... (Algo que adoro de M. es su ironía, siempre presente) Espero que nadie me viese. Unos minutos después nos besamos detrás del comedor, fue un pico y fue muy raro. Tenía bigote él y fue muy extraño, como besar a un erizo. Además se enteró todo el mundo y fui la comidilla del colegio durante toda la semana. Mientras me lo contaba, podía imaginarme cada detalle del momento. Sus nervios, el ceño fruncido al notar el bigote. Lo recuerda con humor, y eso me gusta.

Seguimos subiendo de edad, aunque solo un poquito. B. fue preciso en su respuesta: Pues el que considero mi primer beso fue alrededor de los 13-14 años en un centro comercial. Llevaba una semanas saliendo con una chica y después de darle muchas vueltas, pues nos dimos el primero y, no sé, fue curioso, pero también me marcó muchísimo. Pocas palabras que esconden algo muy grande, aunque no sabría decir bien qué. B. siempre tan reservado.

J. tenía 15 años cuando sucedió. Tardó toda una tarde en responder, aunque fue por razones ajenas a la pregunta. Cuando respondió, al fin, no dejó ningún detalle suelto. Después de llevarme el mayor golpe emocional relacionado con el amor que me he dado en la vida, había conocido a una chica maravillosa. Después de un tiempo saliendo, nuestro primer beso fue sentados en un banco en una zona cerda de donde vivía. Yo tenía 15 años y fue una mezcla de muchas cosas. No sabía qué esperarme y aunque sentí mucho, y fue un momento de conexión total, acabó siendo una persona de la que no estaba realmente enamorado. Aun así, creo que no hay mejor persona a la que haber dado mi primer beso ya que a día de hoy es una de las personas a las que más quiero en el mundo y con la que más conecto, aunque de manera totalmente diferente a lo que se espera de una pareja. Creo que ese beso y todo lo que originó fue perfecto, aunque de una manera totalmente distinta a la esperada. Recordándolo pienso más en confianza y complicidad que en amor o en pasión. Se nota que no se arrepienta de nada, y eso no puede parecerme más bonito. Qué suerte, recordar un primer beso con tanto cariño, ¿verdad?

Uno de mis preferidos es el de K. Me lo explicó con tanto cariño que no he podido evitar transcribir cada palabra con el mismo cariño que noté al leer su recuerdo. Creo que estaba en 4º de la ESO, tendría unos 15-16 años. Probablemente 15 porque cumplo en octubre y suelo tener menos edad que el resto de la clase. Así que debió ser sobre el 2011. Fue relativamente bonito y también muy típico. Recuerdo que habíamos quedado, en la que creo que era nuestra primera cita como tal, para ir al cine, a uno pequeño que había antes cerca del colegio. Yo estaba super nervioso, y creo que ella también. A pesar de todo conseguimos relajarnos y, ya dentro, viendo una película (que vagamente recuerdo) nos cogimos de la mano, como primer paso, y luego nos dimos nuestro primer beso. Siempre lo recordaré con felicidad, porque a pesar  de que ya no nos vemos casi, seguimos siendo amigos. Me gusta imaginar que, cuando se ven, a veces, durante un segundo, ambos recuerdan aquel momento y sonríen.

A. tuvo que esperar hasta los 18 años, pero mereció la pena. Fue en 2009, tenía 18 años y estábamos en el tren de vuelta de la playa (y yo con una insolación). Lo recuerdo como algo raro y no muy de película. Sin duda no es el mejor beso que me han dado, pero ahora con el tiempo lo recuerdo como un momento muy tierno: yo llevaba una gorra puesta y él intentaba acercarse sutilmente, pero chocaba con la visera, hasta que finalmente me la quité para que pudiera besarme. Lo mejor de esta historia es que ese fue su primer beso juntos, pero no fue el último. Siguen habiendo muchos más.

M. guarda un buen recuerdo de su primer beso, aunque no tan bueno de la persona con la que fue. Fue el único que me respondió con audio, y no podría ser de otra manera viniendo de M.  Me acuerdo exactamente de la fecha: el 1 de noviembre de 2014, y lo recuerdo porque el 31 fue Halloween, y por eso decidimos ir a ver REC, super improvisado. ¿Dónde fue? En mi casa, porque fuimos al cine y después se quedó a dormir en mi casa. Yo recuerdo que... joder, a ver, a mí me gustó mucho, me pareció super bonito, super íntimo, para mí fue muy de verdad. No me arrepiento de que fuese con esa persona ni de nada más. Que diga que para él fue de verdad es suficiente para entender lo que quiere decir. Nos entendemos con pocas palabras, M. y yo, aunque siempre nos guste hablar y hablar sin parar.

J. fue al grano. Fue de pega con mi primo y él salivó un montón. No es romántico, pero es gracioso. El primero con lengua ya fue otra historia. Me moría de ganas de preguntarle por el primero con lengua, pero eso tendrá que ser en otra ocasión.

Por último, A. tuvo su primer beso a los 23. Fue en el 2000, con alguien que me gustaba mucho pero con quien duró pocos fines de semana. Estaba muy nerviosa, no sabía si a aquella edad y él con más experiencia sabría hacerlo bien. Demasiado pendiente del cómo. No lo recordaba. Dudas, dudas, dudas. La inseguridad es algo de lo que hablamos mucho, A. y yo. Por suerte, ella encontró a alguien que le da muchos besos y que consiguió barrer las inseguridades bien lejos.

¿Y el mío?, os estaréis preguntando. Bueno... Nadie me ha preguntado. Y tampoco es algo que me guste recordar. Prefiero pensar en todos los que están por llegar.

***
¿CÓMO PARTICIPAR EN #COLECTIVODETROIT?  
1. Leer el “enunciado” del ejercicio.
2.Interpretar el “enunciado” del ejercicio libremente.
3. Escribir lo que te sugiera.
4. Publícalo en tu espacio.
5. Cuéntanoslo para que puedan enlazarte tanto en los comentarios como por las redes sociales.
6. No olvides usar el hashtag #ColectivoDetroit, y disfrutar la participación al máximo.
En todos los libros de Svetlana Alexievich se emplea la misma técnica: se entrevista a una serie de personas que tienen una relación directa o colateral con un mismo suceso, ya sea el desastre de Chernóbil, la caída del comunismo soviético o la guerra de Afganistán. Sus obras son extensos reportajes sobre el "aftermath" de algunos de los capítulos más negros del siglo XX, crónicas de repercusiones perdidas que a veces se extienden durante décadas. Alexievich las llama "novelas a voces".

Hemos hecho una misma pregunta a una serie de personas. En mi caso, les pedí que me hablasen de su primer beso: si recordaban cuándo fue o qué edad tenían, con quién y qué recuerdo tienen de él. Reconozca que ha sido muy divertido y especial poder leer todas las respuestas e intentar crear un todo con ellas. 

No olvidéis visitar los ejercicios de Jen y Adri, y en sus blogs iréis encontrando los links a los ejercicios de todas las personas que se van atreviendo a participar. ¡Feliz escritura! Brindemos 🍸
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6 comentarios

  1. Estos relatos a trozos son súmamente entrañables. Me recuerdan un poco a libros como "Rayos" de Miqui Otero, libros que cuentan historias cotidianas que son especiales para la gente que las escribe, las vive y aquellas personas que las leen y encuentran lugares comunes. Historias de colegios de los de antes, barrios con esquinas llenas de recuerdos, edificios que cambian de uso de un año para otro y se quedan en la memoria "aquí hubo un cine donde x y yo estuvimos" y cosas así. Tus historias son polaroids, son momentos atrapados en fotografías viejas. Me encanta.

    No dejes nunca de escribir que yo no dejaré nunca de recordarte que escribas.

    muchos besos

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  2. Cris, he disfrutado muchísimo leyendo el álbum (se me ha quedado la imagen de las polaroids de P.), y no se me ha borrado la sonrisa de la cara en todo el "trayecto". Me encantaría leer la versión del muchacho con el que compartí el primer beso (me consta que era también el suyo) y me encontré al final imaginándome su versión. Qué potentes son los besos: el recuerdo de los mismos pueden traerte desde la bilis al paladar y un dolor indescriptible, hasta el cariño personificado. Yo también me quedo con los que han hecho daño, para que no se vuelvan a repetir.

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  3. ¡Qué ejercicio tan bonito! No sabes cuánto he disfrutado leyéndolo. ♥︎

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  4. Muy bonito, me ha gustado esa forma tan natural de narrarlo. Es curioso asomarse así a la vida de otras personas, en especial en un momento tan íntimo.

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  5. Precioso.... simplemente tan delicado y conciso que se te pone cara de tonta al leerlos ^^
    Me ha encantado! =)

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  6. ¿Y por qué no preguntaste? :) Ojalá se me hubiera ocurrido este tema. Te voy a preguntar hasta el tuétano. ¡Un besazo!

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